Todos hacemos actos de caridad, pero su cumplimiento no debe hacer que nuestras emociones empañen nuestros pensamientos racionales… Comprendamos realmente [...]
En Junio de 1991, recibí una llamada telefónica de Joe. Vivía en mi comunidad, y en cierto modo había ayudado a mi nuera y nietos. “Rabino, estoy enfermo”, me dijo. “Si no es muy difícil para ti, podrías venir a visitarme?”