Última enseñanza: Matot Masei


5777 (2017)
Ajarei Kedoshim Balak Beahaloteja Behar Bejukotai Beshalaj Beshalaj Emor Itro Jukat Ki Tisa Koraj Matot Masei Mishpatim Pinjas Sangre, vida y muerte Shavuot Shemini Shemot Shlaj Tazría – Metzorá Tetzavé Truma Vaerá Vaiakhel-Pekudei Vaieji Vaieji Vaigash

5776 (2016)
Balak Behalotja Bereshit Devarim Ekev Especial Iom Kipur y Sucot Jaie Sara Jukat Ki Tavo Ki Tetze Koraj Lej Leja Matot-Masei Miketz Nitzavim Noaj Ree Shelaj Leja? Shoftim Toldot Vaetjanan Vaierá Vaieshev Vaietze Vaishlaj

5774 (2014)
Balak Behar Beshalaj Devarim Ekev Itró Jukat Ki tavo Ki Tetze? Koraj Masei Matot Mishpatim Nitzavim – Vaielej Noaj Parashá Bejukotai Pekudei Pinjas Ree Shoftim Tetzavé Truma Tzav Vaetjanan Vaiakel Vaikra

5773 (2013)
Ajarei Kedoshim Balak Behalotjá Behar – Bejukotai Beshalaj Devarim Ekev El mayor milagro de todos Emor Iom Kipur y Sucot Itro Jaie Sará Jukat Ki Tavo Ki Tetzé La caída de un mito Lej Lejá Matot – Masei Miketz Mishpatim Nitzavím – Vaielej Noaj Parasha Koraj Pesaj 5773 Pinjas Ree Shavuot Shelaj lejá Shemot Tazría – Metzorá Tetzavé Toldot Trumá Vaerá Vaerá Vaetjanan Vaiakel – Pekudei Vaiejí Vaierá Vaieshev Vaikra Vaishlaj Vaitzé

5772 (2012)
Balak Behalotjá Behar-Bejukotai Bereshit Beshalaj Devarim Ekev Emor Itró Jaiei Sara Jukat Ki Tavó Ki Tetzé Ki tisá Koraj Las Diez Plagas Previas a La Libertad Lej Lejá Matot-Masei Miketz Mishpatim Nasó Nitzavim Noaj Pinjas Ree Shelaj Shemini Shemot Shemot Shemot Shoftim Tazría – Metzorá Tetzavé Tishrei 5773 Toldot Trumá Tzav Vaerá Vaerá – “Polémica en Egipto entre los bastones y las serpientes” Vaetjanan Vaiakel – Pekudei Vaierá Vaigash Vaikra Vaishlaj

5771 (2011)
Bamidbar Behalotjá Behar Bejokotai Beshalaj Devarim Ekev Emor Itró Jaie Sara Jukat Kedoshim Ki Tavó Ki Tetze Ki Tisá Koraj Lej Lejá Masei Matot Metzora Miketz Mishpatim Noaj Parshat Nitzavim-Vaielej Pekudei Pesaj Pinjas Reé Shavuot Shelaj Sheminí Shoftim Tazría Tetzavé Toldot Truma Tzav Vaetjanan Vaiakel Vaiejí Vaierá Vaieshev Vaieshev Vaietzé Vaigash Vaikra

5770 (2010)
Ki Tetzé Ekev Iom Kipur – Sucot 5771 Jaie Sará Jukat Ki Tavó La Redención en marcha Lej-Lejá Miketz Nitzavim-Vaielej-Hazinu Noaj Reé Shemot Shoftim Toldot Vaerá Vaiejí Vaierá Vaieshev Vaietzé Vaigash Vaishlaj

Especial Iom Kipur y Sucot

15 Tishrei 5777
17 de Octubre de 2016

Resumen de la parashá

Moshé tenía 120 años de edad cuando anunció que su liderazgo llegaba a su fin. Reveló, además, que Iehoshúa había sido elegido por Hashem como su sucesor, que asumiría el mando y conduciría exitosamente a Israel a la Tierra Prometida.

Luego puso por escrito la Ley y la entregó a los Cohaním y a los ancianos. El Libro de la Ley escrito por Moshé debía ser colocado por los Leviím al lado del Arón Hakodesh, para atestiguar contra Israel si alguna vez se desviaba de sus enseñanzas.


Pregunta:

Llego a un momento excelso de Iom Kipur. Estoy conmovido por las plegarias y los cantos. Pero el pequeño escéptico dentro de mí tiene una pregunta persistente. Hay algo muy importante por lo que he estado orando durante muchos años, y todavía no se ha materializado. ¿Mis lágrimas se pierden? ¿Puedo creer en el poder de la Tefilá cuando, en mi experiencia, no ha funcionado?

Respuesta:

Ninguna plegaria es ignorada y ningún corazón desgarrado pasa desapercibido. Pero la respuesta no siempre está en la forma que esperamos que sea.

En el punto más alto de Iom Kipur, hacia el final del día, en la Tefilá de Neilá, nos dirigimos a Di-s con la siguiente declaración: “Tú que oyes el sonido del llanto, almacena nuestras lágrimas en Tu frasco, y líbranos de todo decreto cruel”.

Esta parece ser una extraña expresión. ¿Por qué Di-s almacena nuestras lágrimas? No parece de ninguna utilidad mantener nuestras lágrimas en un frasco.

El significado de esto es profundo. No siempre nuestras plegarias son contestadas en la forma que queremos que lo sean. A veces, en Su infinita sabiduría, Di-s no nos concede nuestros deseos en el momento que los demandamos. En cambio, almacena nuestras lágrimas y las archiva junto a nuestras oraciones, que serán sacadas y respondidas en otro momento.

No estamos al tanto del calendario de Di-s, y no comprendemos su sistema. Sin embargo, cada palabra y cada lágrima se contabilizan, y hacen un impacto. ¿Cuándo y cómo ese impacto es percibido por nosotros, depende de Di-s. Una Tefilá dicha hoy por la salud de una persona puede tener efecto sólo muchos años después. Estamos depositando nuestra solicitud, pero no sabemos cuándo va a ser respondida.

En física, la ley de conservación de la energía establece que la energía no puede ser destruida, sólo cambia de una forma a otra. Hay una ley similar en la metafísica. Ninguna plegaria se pierde; ninguna lágrima se desperdicia. Se acepta su solicitud; que sólo puede ser respondida en forma inesperada. Así que siga rezando, porque cada palabra se almacena a distancia. Repercutirá nuevamente hacia usted cuando más lo necesite.

Por Aron Moss

SIN TECHO

Por Naftali Silberberg

La falta de vivienda es uno de los fenómenos sociales más tristes. No importa cuán miserable sea una persona, su casa le proporciona una necesaria sensación de seguridad y pertenencia. De hecho, la necesidad de una casa es tan grande que el Talmud dice que “el que no tiene un hogar no es una persona.” Físicamente, tal vez se puede sobrevivir sin un hogar, pero emocionalmente hablando, una casa es la necesidad humana más básica.

No hace falta decir, que la falta de vivienda no se trata de dónde uno puede encontrarse en un momento dado. Se puede estar en el trabajo, visitando amigos, atrapado en el tráfico, o de vacaciones a miles de kilómetros de su casa. Pero el conocimiento de que hay un pequeño rincón del mundo al que puede llamar propio, le da la tranquilidad que un hogar proporciona.

El hecho que durante siete días estamos involucrados con una mitzvá, independientemente de dónde nos encontramos o lo que estamos haciendo, explica el Rebe, es lo que es tan especial acerca de la mitzvá de Sucá. Normalmente, estamos conectados a una mitzvá en particular (y a través de la mitzvá, a Aquel que ordenó la mitzvá), siempre y cuando estamos involucrados en su ejecución. Pero Sucá es una excepción. Durante siete días se nos ordena vivir en una Sucá; durante siete días el refugio sagrado de la Sucá se convierte en nuestra casa. Y como se ha explicado anteriormente, la asociación a su casa no se limita al tiempo dedicado en la misma. Es una conexión siempre presente.

Durante siete días estamos íntimamente involucrados con una mitzvá. Y no se trata de una participación periférica, justo como nuestra relación con nuestra casa, que nunca es periférica, y que es tan básica para nuestra identidad.

Tal vez podemos tomar la lección de la Sucá un paso más allá.

Rosh Hashaná y Iom Kipur acaban de pasar. El tema de estos días de fiesta, así como el mes de Elul, preparatorio que les precedió, es Teshuvá. Generalmente se traduce como “arrepentimiento”, pero su significado literal es “retorno”. Después de un año de vagar a la deriva, volvemos. A los brazos de nuestro Padre, a nuestro hogar, al lugar al que siempre pertenecimos.

Un año más nos convoca. Una vez más, nos veremos obligados a salir de casa para un prolongado viaje. Una perspectiva desalentadora, un pensamiento deprimente para el individuo que ahora está saboreando su breve estancia en el hogar. Pero nuestro GPS interno tendrá siempre su flecha apuntando al mensaje de la Sucá. Una vez que establecimos nuestro verdadero hogar, nunca debemos perder nuestro apego a casa, no importa dónde estemos. Y el conocimiento nos proporcionará tranquilidad y seguridad.

No tenemos que esperar hasta el próximo Rosh Hashaná para volver. Hacernos un poco de tiempo para escaparnos a casa todos los días, ya sea de la Tefilá de la mañana en la sinagoga, o incluso los pocos segundos que tarda en recitarse una bendición sobre una manzana que estamos a punto de morder.

¡Si esa es la tranquilizadora lección que tomamos de Sucot, no es de extrañar que es la más alegre de las festividades! ¿Hay algo más edificante que el conocimiento que nunca estamos sin hogar?

¿Qué Aprendemos esta Semana de la Parshá?

HAY VECES QUE HAY QUITARSE EL ORO

“Y así era la plegaria del Sumo Sacerdote” (del servicio de Iom Kipur)

En el día de Iom Kipur recitamos en nuestras oraciones el desarrollo del servicio del Sumo Sacerdote en el Sagrado Templo durante el día de Iom Kipur. Es verdad que hoy en día no tenemos al Sagrado Templo y tampoco tenemos un Sumo Sacerdote que lleve a cabo en el mismo el Sagrado Servicio del día, sin embargo, es sabido1, que la destrucción del Templo afectó sólo al edificio material, el que consistía de piedras, de oro y de plata, pero el “Sagrado Templo” espiritual, el que se encuentra en el alma de cada judío, no fue destruido y no puede ser destruido. Por lo tanto, es posible hablar de un servicio del Sumo Sacerdote en Iom Kipur en lo que se refiere a nuestro “Sagrado Templo interior”.

Este servicio estaba compuesto de dos partes: una parte del Servicio la debía realizar el Cohen Gadol vestido con sus “ropas de oro”, y la otra parte la llevaba a cabo con “ropas de lino” blancas. Los servicios que se llevaban a cabo en Patio del Templo y en el Salón (‘Heijal’) lo hacía con las ‘ropas de oro’, mientras que los servicios realizados en el Santo de los Santuarios (‘Kodesh HaKodashim’) los hacía con las ‘ropas de lino’.

HACE USO DE TUS POSIBILIDADES

¿Cuál es el motivo general de por qué la Torá ordenó que los cohanim vistan ropas ‘para honor y belleza’2 y el Cohen Gadol ‘ropas de oro’?. Maimónides explica3 que cuando se sirve al Altísimo deben utilizarse los elementos más lindos y bellos. Si el oro es algo importante en la apreciación de la gente y los impresiona- debe hacerse uso de él para el Sagrado Servicio y vestirlo también en Iom Kipur.

Si traducimos este concepto al ‘Sagrado Templo’ de nuestro fuero interno, significa, que el judío debe servir a Hashem con todas sus fuerzas y el máximo de sus posibilidades. Cuando uno se acerca a lo de un judío rico por un tema de donar para caridad- éste no debe responder que ya cumplió su deber para con Di-s a través de estudiar Torá y las oraciones.

¿Tienes oro y plata?. ¡Es tu deber servir a Di-s por medio de ellos y dar Tzedaká! ¡Siendo que tienes la capacidad, es tu obligación utilizarla!

ROPAS BLANCAS

Conjuntamente con ello, cuando el Sumo Sacerdote entraba al Santo de los Santuarios, al Kodesh HaKodashim, ahí, a pesar de la importancia del oro, vestía ahí específicamente ropas blancas. En el Kodesh HaKodashim se encontraba el Arca y las Dos Tablas de la Ley, y ahí estaba la revelación de la Divinidad. Cuando entraba a este lugar se exigía de él quitarse las ‘ropas de oro’ y vestir las ‘ropas blancas’.

El significado de esto es que a pesar de la importancia de la utilización de los medios que se encuentran a disposición del hombre con el objetivo de servir a Di-s, la utilización de los medios externos no puede ocupar el lugar de la purificación y santificación interior. Cuando el judío debe ingresar a la profundidad de su alma, a su ‘Kodesh HaKodashim’ interior, a ese punto donde se encuentran sus ‘Tablas de la Ley’, donde está grabado el vínculo de la esencia que hay entre él y Hashem – entonces debe uno refinarse y santificarse y venir con ‘ropas blancas’ y puras.

TODOS SON IGUALES

Que no diga el rico: yo doy mucha caridad, ¡es suficiente con eso!. Que no diga el activista comunitario: yo llevo a cabo grandes obras para el bien de la comunidad ¡Me conformo con esto! Es un deber de cada judío santificarse y purificarse de manera personal, ser meticuloso en el cumplimiento de los preceptos de la Torá, refinar su carácter y su instinto, y elevarse espiritualmente a nivel personal. Aquí, en el Santo de los Santuarios ¡todos son iguales!

Cuando llega el día de Iom Kipur y el judío desea desenterrar lo profundo de su alma, el punto judío de Divinidad que se encuentra en su interior, no debe preocuparse de que no esté ‘adornado’. En ese momento no se requieren de él ‘adornos’, sino un corazón puro y una mente limpia. Es así como se hace uno acreedor de un año bueno y dulce.

(Likutei Sijot Tomo 2 pag. 411)

1. Ver HaIom Iom 21 de Tamuz.  2. Shemot 28:2.  3. Moré Nebujim Parte 3 Cap. 45.




LA VOLUNTAD DE DI-S

El jasid Reb Najman Refael Hakohen relató:

En Jol Hamoed Sucot 5691 fui enviado a un campo de trabajo en Rusia. Yo era parte de un grupo de presos que era transportado bajo fuertes medidas de seguridad, y por lo tanto, se nos llevó a pie de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo.

Mientras marchábamos, vi sauces creciendo al lado de la carretera. Era el día de Hoshana Rabá, y al caminar arranqué cinco ramas de sauce y las golpeé en el suelo. Ahora tenía que recitar “Que sea tu voluntad” (Iehi ratzón); sin embargo, mi Sidur estaba dentro del equipaje, en un carro que viajaba por detrás de nosotros.

Alcé los ojos al cielo y dije: “Amo del Universo, que sea Tu voluntad como si hubiese recitado “Que sea tu voluntad”.



IOM KIPUR

Todos sentimos la importancia que envuelve al sagrado día de Iom Kipur, por ello acudimos al Templo a rezar, ayunamos y cuidamos la santidad del día (no trabajamos etc.). El motivo, es porque en este día se define nuestro futuro para el año entrante, y en este momento Hashem sella para nosotros un año bueno para salud y bienestar.

Respecto al día de Iom Kipur dice la Torá en (Vaikrá 16:30) “Pues en este día [de Iom Kipur] les expiaré y purificaré de todos vuestros pecados, frente a Hashem purificaos” Del versículo podemos aprender la cualidad especial que encontramos en este día, el poder ser perdonado y purificado. No obstante, para ello debemos anteriormente pedir perdón. Esto consiste en: a] estar arrepentidos del error que cometimos, b] disculparnos ante quien pecamos. En el caso de los pecados cometidos contra Hashem, debemos disculparnos ante Él, ya que El mismo prometió que perdonará a todos aquellos que estén arrepentidos de sus malas acciones y pidan perdón. Si estamos en falta ante Hashem y un ser humano, no es suficiente pedir perdón ante Hashem, sino que es necesario también pedir perdón a la persona misma.

EN SUCOT

Se encienden las velas de Yom Tov en ambas noches (17 y 18/10), recitando las bendiciones correspondientes.Las primeras noches de Sucot, (16 y 17/10) es un Precepto comer en la Sucá. Ésta debe armarse de la siguiente manera: Debe tener un mínimo de 3 paredes, ser firme y poseer un techo frondoso de ramas o juncos. Cada vez que comemos pan o masas en la Sucá recitamos la siguiente Bendición: Bendito eres Tú, Señor      Di-s nuestro, Rey del universo, que nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó morar en la Sucá. La primera vez que comemos en la Sucá recitamos también Shehejeianu. Comemos en la Sucá hasta la tarde de Shminí Atzeret, (24/10).Las Cuatro Especies – Se cumple con este Precepto todos los días de Sucot, (Excepto Shabat). Se toma el Lulav con los Hadasim y Aravot con la mano derecha y se recita la siguiente bendición;

Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del universo, que nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó tomar el Luláv.

La Bendición de Shehejeianu se recita sólo la primera vez que se cumple con este ritual. Esta Mitzvá se puede llevar a cabo desde la salida del sol hasta su puesta.

HOSHANÁ RABÁ

Durante la noche de Hoshaná Rabá (23/10) séptimo día de Sucot, se acostumbra a permanecer despierto y estudiar Torá, leer todo el Libro de Deuteronomio y recitar todo el Libro de Tehilim. Durante la Plegaria de la mañana se pronuncian las 7 Hoshanot (Salvaciones) y se rodea la Bimá 7 veces.

EN SIMJAT TORÁ

Se encienden las velas de Yom Tov en ambas noches, (23 y 24/10) recitando las bendiciones correspondientes.

Las noches de Shminí Atzeret y Simjat Torá (23 y 24/10) y también en la mañana de Simjat Torá (25/10) se llevan a cabo las “Hakafot” (bailes con la Torá). Se gira 7 veces bailando y cantando con alegría con los rollos de la Torá alrededor de la mesa (Bimá) donde se la lee todos los Shabat.

En Simjat Torá se acostumbra que todos los judíos reciban una “Aliá”. Esto significa que cada uno es llamado a participar de la lectura de un párrafo de la Torá. También los niños reciben este honor junto a una persona mayor.



UNA DICOTOMÍA INTERESANTE

Adaptado de una nota de Yossi Lew

Uno de los aspectos menos conocidos del festival de Sucot es su profunda conexión con el agua. Aunque Rosh Hashaná tiene su elemento de agua (una breve plegaria frente a una fuente de agua, mar, rio, etc), y Iom Kipur tiene una conexión con agua (inmersión del Kohen Gadol en el agua cinco veces en Iom Kipur en los tiempos del Templo, y el requisito actual de la purificación a través del agua antes del inicio del día), Sucot está conectada con el agua más profundamente. El Talmud enseña que durante esta fiesta, el Todopoderoso juzga al mundo por sus aguas. En el octavo día de la fiesta, la apertura de la fase final de la fiesta, se ofrecen plegarias especiales, implorando que nos proporcione la lluvia y el agua suficiente. Rezamos por la lluvia a partir de Sucot hasta Pesaj.

Como resultado de la sentencia del agua en Sucot, el Talmud enseña (Rosh Hashaná 16a) que los judíos fueron obligados a añadir una libación de agua para el altar del Templo Santo en cada uno de los primeros siete días de Sucot. El agua se extraía del manantial de Shiloaj en Jerusalém la noche anterior, y era hecho con una increíble fanfarria. Había celebraciones, bailes y cantos durante cada noche de Sucot-toda la noche. La celebración, llamada “Beit Hashoevá”, según el Talmud, era el evento más alegre del año. “¡Quien no ha visto la alegría del Beit Hashoeva”, dice el Talmud, “no ha experimentado alegría en su vida!”

¿Por qué toda esta celebración y alboroto sobre el juicio del agua? ¿Y cuál es la conexión entre el juicio de agua y el festival de Sucot?

El agua presenta una dicotomía interesante. Por un lado, el agua es ubicua. Hacemos todo con ella, y no podemos sobrevivir sin ella. Es esencial para la vida. Y debe ser accesible siempre. Por lo tanto, el agua es el epítome de la estabilidad y la permanencia.

Sin embargo, el agua es un producto temporal e inestable. Siempre está fluyendo. La gota de agua que circula por el río en este momento, en un segundo se habrá ido para siempre… Como las olas, que retroceden a su fuente oceánica, sus aguas se mezclan con el vasto cuerpo del mar, desapareciendo de nuestra vista.

El agua nos imparte un mensaje interesante: A pesar de la aparente coherencia y omnipresencia que mostramos, también somos algo que cambia y se mueve constantemente. Y a pesar de los constantes cambios, estamos aquí.

Una dicotomía similar se encuentra en relación con Sucot. Por un lado, la Sucá está diseñada para ser un “lugar de residencia”. La Torá ordena al pueblo judío, “en cabañas deberán morar” (Levítico 23:42). El mandamiento es llevar a cabo todas las actividades de la “vivienda” en la Sucá. Está destinado a ser un lugar donde la persona reside y habita, durante los siete días de la fiesta.

El techo endeble es un recordatorio constante de lo rápido que esta cabaña puede ceder, y lo que sucederá cuando la lluvia aparezca.

Después de una estimulante temporada de las Altas Fiestas, en la que el judío viene en sintonía con el fenómeno más permanente posible – la conexión del alma con nuestro Padre en el Cielo – el mismo Padre anima a su pueblo a la transición de vivir durante una semana en una vivienda temporal, dedicados la mayor parte del tiempo a comer y relajarse.

A medida que el agua fluye en Sucot, que es la fiesta de la alegría, se nos recuerda lo afortunados y bendecidos que somos de celebrar la vida, con especial atención y entusiasmo: Nunca estamos demasiado atrapados en las subidas o bajadas de la vida.

Sucot es la vida real: El preocuparse por la situación actual no nos llevará a ninguna parte. Estamos en nuestro mejor momento cuando recordamos el agua y la cabaña, y el recuento de las bendiciones. Centrémonos en las maravillosas bendiciones de salud, familia, hogar, amigos, comunidad y todas las cosas maravillosas que poseemos.

Además, por suerte la rueda está a punto de dar vuelta hacia arriba, y nos sumergirá en el próximo ciclo de cambio constante, lo que seguramente nos traerá más cosas para estar felices.

LA VERDADERA ESTRELLA

por Miriam Kapeluschnik

Esta es la escena: Cuando ella hace su entrada magistral todos se ponen de pie, muchos corren a recibirla, incluso tratan de tocarla. Ella avanza majestuosamente entre el público, su figura esplendorosa no pasa desapercibida. Incluso las mujeres y los niños la saludan con infinito cariño. Cuando llega a su lugar se acomoda con delicadeza, y desde ese momento, mientras ella está presente, un respetuoso silencio reina en el lugar. Nadie quiere perder siquiera una palabra de lo que ella tiene para decir. Y cuando finalmente se retira, nuevamente todos, sin excepción, se paran, los hombres corren para saludarla y los niños la besan con infinito cariño, las mujeres le tiran cálidos besos. Nuevamente, rutilante avanza entre la gente, fuertemente custodiada, y con toda la elegancia, se retira del salón. Todos la observan mientras marcha lentamente, hay un poco de melancolía en la mirada. Ya todos esperan su próxima aparición.

Quizás creyeron que estaba describiendo la entrada de una estrella de Hollywood, pero no. Nada más lejano. Esta imagen corresponde a la triunfal entrada de la TORÁ.

Cada Shabat a la mañana esta escena se repite y cada semana no puedo evitar emocionarme. Cuando el Arón Hakodesh (el Arca) se abre, un improvisado coro comienza a darle la bienvenida, con emoción. Con todo cariño, la persona en turno la toma entre sus brazos, con tanto cuidado. Siempre parece la primera vez. Quienes son llamados a la Torá sienten una alegría especial. No importa cuántas veces al año les toque estar cerca de ella. Cada vez es estimulante. Cuando de pronto la Lectura de la Torá concluye, y uno de los presentes es invitado a alzarla, todos al unísono, de pie, la miran con admiración y respeto, asegurando, sin duda alguna que: “¡¡¡Esta es la Torá que Moshé puso ante los hijos de Israel!!!” Y después agregan convencidos, entre otras frases: “Es un árbol de la vida para quienes se aferran a ella, y quienes la apoyan son dichosos”

Cuando la Torá vuelve a su lugar, todos se apuran a besarla, no importa la edad, el nivel económico, social o intelectual. Todos le demuestran infinito cariño. Los padres acercan a sus bebés para que la besen, y los niños lo hacen con inconmensurable alegría. Aquellos que quedaron rezagados corren, y cuando la alcanzan esbozan una enorme sonrisa. Ésta es la escena a la que me refería. Es la misma que cada Shabat y Iom Tov provoca que mis ojos se llenen de lágrimas. Lágrimas de alegría, de esperanza, de tranquilidad, porque sé que la Torá nunca nos abandonará y nosotros jamás la dejaremos ir. Y así el futuro del pueblo judío está absolutamente asegurado.

Este viernes y sábado de noche, aproveche la oportunidad para bailar con la Torá. Shminí Atzeret y Simjat Torá, nos permiten expresar esa gran alegría y el infinito agradecimiento a Di-s, por habernos hecho acreedores de tan maravilloso regalo. No deje de asistir a la Sinagoga o Beit Jabad más cercano, y alégrese con la alegría de una verdadera estrella: la TORÁ.



FRASE:
Los jasidim de Jabad acostumbran a no adornar la Sucá con ornamentos especiales, ya que la belleza debe residir en la Sucá y el Sjaj en sí mismos. Rabi Iosef Itzjak, sexto Rebe de Jabad, decía: “Para mi padre, Rabi Shalom Dovber, el adorno de la Sucá era quien estaba sentado en ella”



Highlights de la semana




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